Antes de que pudiera responder a mi pregunta, Hades desapareció. No había sacado nada en claro con aquella visita, sólo que me había quedado fascinada con el Señor del Inframundo. Me di asco a mi misma, pero tenía que admitir que tras descubrir la traición de Drácula, me había cuelto a quedar sola. Suspiré, ser la reina de los vampiros era algo difícil, sólo sabía que tenía que volver a encontrarme con Hades, llegar a una trato con él. Antes, tendría que nombrar un sucesor para cuando yo me quedara con Hades, fuera lo que fuera lo que me vaya a hacer. Quizá Sassia o Elisabeth asumirían ese cargo.
Me desaparecí entre una voluta de humo de la estancia.